3 sept 2012

BOCHORNOSO EPISODIO

Es probable que muchos de ustedes, lectores, comunicadores o estudiantes de periodismo, se hayan enterado del bochornoso episodio que la prensa guayaquileña, cual obra de terror, protagonizó días atrás, específicamente el 29 de agosto, cuando el renombrado actor de cine y teatro John Malkovich, muy sorpresiva y generosamente, ofreció una conferencia para los medios en el teatro Sánchez Aguilar.
Digo es probable porque, más que asombrarse por la baja calidad de los comunicadores, fue el boom del día gracias a la inmediatez de las redes sociales y a un post titulado 'I get paid a lot for commercials'. Sería genial si hubiese sido por lo primero, pero lo primero fue únicamente consecuencia de lo segundo. Nada más.
Es que no se sorprenderían si supieran, estudiantes de periodismo, que ese bochornoso episodio se repite todos los días, por distintos periodistas y ante personalidades de diversos sectores: el político, el empresarial, deportivo, de las autoridades de seguridad y, mucho más, por supuesto, el de la farándula.
Solo que no son comentados públicamente porque al parecer esas jornadas en las ruedas de prensa ya no sorprenden a los participantes, se convirtió en una avergonzante rutina. O los personajes siempre son los mismos, y no como del que se hace referencia ahora: John Malkovich.



Si aún no están al tanto de quién es Malkovich, sencillo: en el cine actuó junto con Chistian Bale (personifica ahora a Batman), Leonardo Di Caprio, Nicolas Cage, Bruce Willis, Morgan Freeman y, por si fuera poco, el guionista Charlie Kaufman hizo un escrito en el que "se metió" en la cabeza del actor, en la película ¿Quieres ser John Malkovich?, según la crítica, una de las más originales.



En el teatro la cosa es mejor. Productor, actor y director en distintas obras, como Las variaciones de Giacomo (la que presentó en Guayaquil), The Infernal Comedy, Good Canary, Balm in Gilead, True West... Por sus trabajos fue nominado dos veces al Oscar como Mejor actor de reparto, y otras tres nominaciones a los Globos de Oro. Ganador de un Emmy y distinguido por una serie de premios en su labor teatral.
Entonces, como ven, los afortunados periodistas, ese día, no estaban ante cualquier personaje al que estaban acostumbrados. Lo demás ya es conocido: cuestionar al actor en si ha comido "ce-vi-che" o "gua-ti-ta", si ya sabe decir alguna palabra en español, o agarrar su opinión acerca del caso Assange.
-¿Qué hubiese hecho usted, estudiante de periodismo, si hubiese estado en esa rueda de prensa?
-¿Le parecen repugnantes las preguntas que le formularon a Malkovich?
-¿Cómo cambiar esa situación?
-¿Por qué cambiar?
-¿Para qué cambiar?
Hágase estas preguntas, respóndalas con total sinceridad. Si no sabe la primera, cambie de carrera. Si responde "sí" a la segunda, esperamos que sea lo suficientemente buen periodista para catalogar radicalmente las interrogantes que le formularon al actor estadounidense. Si responde "no", cambie de carrera o, sugerencia, no trabaje en medios.
Si para la tercera están opciones como educarse, instruirse, informarse y autocriticarse, va por el camino correcto. Para las dos últimas, las repuestas son extensas y subjetivas.
Todo periodista, como en toda profesión, tuvo el momento de ser novato. Es decir, tuvo la oportunidad de cometer fuertes errores. Siempre habrá errores en esta profesión, pero la idea es que estos, a medida que crecemos en periodismo, cada vez sean menos y casi imperceptibles. El trabajo periodístico es de renovarse y educarse en cada momento, en cada oportunidad. Es de tener la capacidad de prepararse con anticipación para desarrollar el trabajo. Es de tener el don de improvisar bien y profesionalmente si una noticia nos coge desprevenidos. Es de esperar una respuesta específica que nos sirva para nuestra redacción, locución o nota televisiva. Es tener la intención de ser mejores para que nuestro público (lector, oyente y/o televidente) tenga herramientas para conocer más nuestra sociedad, para que sepa cuál es su realidad, tal cual sea.
Si buscamos hacer nuestra labor periodística de esa u otras maneras (que hay muchas), el resultado será un trabajo casi perfecto. Las aulas no otorgan el 100% del conocimiento para ejercer, diría que no llega ni al 50%. Las aulas dan, al final, un título; pero nuestro ejercicio da, al final, un fruto. El fruto de haber servido a la comunidad con ética y profesionalismo.
No esperemos, nunca más, llegar a una rueda de prensa o cobertura con los ojos cerrados y conocimientos nulos. No esperemos que este bochornoso episodio de la prensa guayaquileña siga repitiéndose.

POR UNA NUEVA
FACSO POSITIVA.

El post que originó todo: http://diatribasyplacer.blogspot.com/2012/08/i-get-paid-lot-for-commercials.html
Repercusión de la rueda de prensa: http://www.telegrafo.com.ec/index.php?option=com_zoo&task=item&item_id=52331&category_id=99&Itemid=30
http://www.metroecuador.com.ec/30691-las-preguntas-a-malkovich.html

15 sept 2010

LA MEJOR FORMA DE QUE UN PERIODISTA CUMPLA SU SUEÑO

Viajar dentro o fuera del país. Hacer coberturas muy interesantes y nada aburridas. Entrevistar a grandes personajes y no a "gente común". Ir a conciertos y ruedas de prensas de grandes cantantes. Codearse con los famosos si es posible. Ser conocidísimo para el pueblo... La lista es inmensa. Esos son sólo algunos de los tantos sueños que la mayoría de los periodistas contemporáneos tienen. Eso es conocido sin siquiera hacer una encuesta a los estudiantes de las facultades de comunicación. Y eso es lo que, simplemente, buscan de esta profesión.
¿Quién no tiene sueños? Por supuesto que un periodista también los tiene. El primero, cuando se es estudiantes, es llegar a trabajar en un medio, sea impreso, radial o mejor aún televisivo. Luego vienen los antes descritos. Y qué bueno si los cumplen, ¡de verdad! Lo malo es realizarlos cuando se atenta la ética periodística.
En estos días se ha visto, apreciado, apoyado y, peor todavía, aplaudido a una colega de espectáculos de un canal ecuatoriano, que llegó a cumplir sus sueños de tener frente a frente a uno de sus ídolos de la música, a Luis Miguel. Sin tapujos algunos, es la señorita Doménica Mena.
Qué bien que haya cumplido sus sueños, que le haya dado unos besitos al Sol de México, entregado un par de recuerdos de Ecuador... ¡Qué bien! ¿Pero el medio para llegar a él fue el adecuado? No.
Semanas antes de este aplaudidísimo evento, la colega hizo un uso inadecuado de su quehacer periodístico, dejando en evidencia la precaria calidad de la prensa rosa ecuatoriana. Claro, nunca ha tenido nada positivo este tipo de prensa, que para lo único que sirve es para hacer escándalos de la vida privada de gente de pantalla, del deporte e incluso de la política. Pero esto fue sencillamente el COLMO de la SINVERGÜENCERÍA.
El programa en el que trabaja Mena hizo un constante seguimiento para conseguir el presupuesto y poder viajar a EE.UU., donde el cantante mexicano ofreció una rueda de prensa. La periodista de espectáculos vendió porciones de torta en la Plaza de Artes y Oficios, recogió plata descaradamente, como si fuera una mendiga, a gente que hacía filas para entrar a las grabaciones en ese canal, con la excusa de que la apoyen para el viaje y hacer su sueño realidad.
Esto deja una mala imagen del canal. ¿Será que a la periodista no le pagan por lo menos lo suficiente para viajar y hacer su sueño realidad? O si es que va a hacer una cobertura para bien del canal, ¿éste está en una buena crisis para no poder pagarle el viaje y realice profesionalmente su trabajo periodístico?
Esa es la pregunta que ha rodeado a algunas personas al ver esta lamentable y avergonzada situación.
Este blog está conciente de que la prensa rosa hace cualquier cosa para llamar la atención y que esto daba rating al programa, como le daría cualquier otro. Pero, estudiantes de comunicación, no se dejen envolver en este tipo de acciones que lo único que deja en evidencia para las personas razonables es el poco profesionalismo y la falta de ética periodística.
Un periodista de a de veras no necesita hacer escándalo para quedar bien con un artista y volverse famoso. El verdadero periodista indaga, descubre e informa a la sociedad. El periodismo es una profesión que denuncia irregularidades, y más aún cuando éstas perjudican a los ciudadanos.
El verdadero periodista no compra ni se vende, simplemente defiende el bienestar social, que -a fin de cuentas- es su propio bienestar por ser parte de esa sociedad, así como Mena le dijo a Luis Miguel: "Además de hablarte la periodista profesional, te saluda la fanática tuya".
Más que un periodista, el comunicador es un ciudadano, quiera o no. Por eso, lo que denuncia en favor de la sociedad es un bien para él mismo.
Señores, a meditar en los actos que cometemos y cometen otros y no aplaudirlos porque parezca bonito, sino reflexionar en si las acciones están bien o no.



Por una
NUEVA FACSO POSITIVA.

21 ago 2010

¿Es bueno una Ley de Comunicación?

¿Se han dado cuenta de cómo la mayoría de los medios periodísticos ecuatorianos se oponen a una Ley de Comunicación? Pero, ¿por qué hacerlo? ¿Es verdad que habrá restricción en la información? ¿Se cuarteará la malgastada libertad de expresión? Analicemos.
En la actualidad, los medios -cuando suponen que hay un notición- publican una información sin haber realizado el ético y profesional proceso de indagación o investigación del caso. Es por eso que no es sorpresa cuando se observa o escuchan los: "supuestamente", o "aparentemente".
En las secciones de Política es donde más se aprecian estos casos, también en la parte de Comunidad, etcétera, etcétera.
¿Les parece eso objetivo y, peor aún, ético? No lo es. Pero la sociedad es así. En la juventud se escuchan los "por ahí me dijeron" o "eso cree tal persona". Juzgamos sin juzgarnos a nosotros mismos. No se puede hacer una noticia con suposiciones, eso no es profesional.
El periodismo, ese que hizo José Martí (1) o el mismo Gabriel García Márquez (2), se caracterizó por sacar a la luz información realmente comprobada, verificada y, sobre todo, ética.
El "periodismo" que se hace ahora no es periodismo. Es solo comunicación. Pero ¿por qué no es periodismo el de ahora y no el de antes, cuando ni siquiera había escuelas o facultades de Periodismo? Por la comodidad que tienen ahora los reporteros: desde la misma grabadora hasta el internet, los teléfonos y todos los elementos que ha ofrecido la tecnología y, obviamente, por el mal e indebido uso que se le ha dado. Y lo que es más sorprendente es que en esos tiempos ni siquiera se pensaba hacer una ley para los periodistas.
¿Pero por qué ahora? Los medios de comunicación tienen intereses, eso es verdad. Y por eso esos medios (que son empresas, lo que es igual a intereses económicos y de poder) luchan contra la Ley de Comunicación.
Es que esa ley contendrá que, primero, su información no debe estar basada en supuestos; segundo, que por obligación tendrán que rendir cuentas a la ciudadanía; y, tercero, que tendrán que comprobar toda la información, que sea veraz, para publicarla.
Si es cierto, hasta que se comprube esa información quizás la competencia ganó en hacer ese proceso, que ya no publicarán las anheladas primicias. Pero como dijo García Márquez, no importan las primicias si no están bien elaboradas, por eso es mejor publicar después pero que sea de excelente calidad.
Un reglamento de comunicación es bueno para todos, para los periodistas y la ciudadanía. Lo que no es bueno es para las empresas de comunicación.
Lo malo de esa ley es que no permitirá incursionar al periodismo a quienes no son periodistas. ¿Y dónde quedan los practicantes? Eso es lo negativo, aunque si se lo analiza en lo positivo, pues el profesional tendrá toda la responsabilidad de lo que publica. De esa forma firmará las notas que estén publicadas.
Así que aspirantes a comunicadores, a estudiar con ganas y esmero, para trabajar con responsabilidad, que es como debe ser.





Por una...
NUEVA FACSO POSITIVA.




1.) Buscar en Google una crónica informativa y muy bien elaborada de este periodista: El puente de Brooklyn.
2.) www.ciudadseva.com/textos/otros/ggmmejor.htm

7 ago 2010

SE NECESITAN PERIODISTAS

¿Por qué hacer periodismo?, ¿cuáles son los beneficios?, ¿qué consecuencias tiene hacer periodismo?
Ecuador, e incluso gran parte de América Latina, atraviesa una etapa muy dura en materia de periodismo, ya que es atacado por los gobiernos y sus partidarios.
Entonces ¿por qué es importante hacer periodismo? La respuesta es fácil. Basta preguntarse: ¿qué sería de una sociedad sin periodismo? Habría una ciudadanía ignorante de los aconteceres coyunturales, de actualidad. El pueblo no sabría cuáles son sus derechos, qué hace un Gobierno, una institución de beneficio a la comunidad. No sabría su situación social, política, de relaciones diplomáticas internacionales. ¿No es necesario el periodismo entonces?
Sí lo es. Por eso también es necesario que existan periodistas de a de veras, que quieran ver más allá de lo evidente, que sean muy críticos, eso sí, sin perjudicar a nadie que no se lo merezca; que no sean jueces sino testigos de algo que sea menester difundir; que informen de manera imparcial, analítica, objetiva. Se necesitan periodistas leales a sus convicciones, a su pueblo; se necesitan periodistas que no abusen del internet para conseguir una información, que no sean facilistas; se necesitan periodistas que quieran el bien social, que amen a su patria; se necesitan periodistas que no omitan alguna parte de su información porque hayan recibido algo a cambio, que les beneficie sus bolsillos y perjudiquen, por eso, a sus ciudadanos. Sí, se necesitan esos periodistas.
Si es así, el beneficio será no sólo del periodista, será de todo un pueblo. Si es así, el beneficio será para consigo mismo, porque tendrá la increíble sensación del deber cumplido. Si es así, el beneficio será de todos.
Sí, se necesitan esos periodistas. Ecuador requiere esos periodistas.
Esta columna va para aquellos que estudian periodismo, para aquellos que creen que pueden ejercer sólo en la TV, que en ese medio podrán hacer sus sueños realidad: la fama, el dinero, la reputación y los bochinches, en fin, estar en boca de todos, ser "popular".
Periodismo no es eso. Esos periodistas no se necesitan, no aportan para el bien social.
Cambiemos de mentalidad, y de esas aspiraciones. Quienes están en las aulas superiores busquen nuevas formas de crear su espacio comunicacional, porque sí los hay. No se cierren las puertas ustedes mismos, y no frustren el sueño del país que la mayoría queremos: con democracia.
Las consecuencias, así, no serán malas, si se ese el periodista que quiere el país. La profesión es difícil, pero maravillosa. Saber que has logrado cambiar la mentalidad de alguien -de forma positiva- con tu trabajo, no tiene costo. Esos son los periodistas que requiere un país como Ecuador.
Luchemos por nuestros intereses mentales y profesionales, no de nuestros bolsillos.





Por una...
NUEVA FACSO POSITIVA.