15 sept 2010

LA MEJOR FORMA DE QUE UN PERIODISTA CUMPLA SU SUEÑO

Viajar dentro o fuera del país. Hacer coberturas muy interesantes y nada aburridas. Entrevistar a grandes personajes y no a "gente común". Ir a conciertos y ruedas de prensas de grandes cantantes. Codearse con los famosos si es posible. Ser conocidísimo para el pueblo... La lista es inmensa. Esos son sólo algunos de los tantos sueños que la mayoría de los periodistas contemporáneos tienen. Eso es conocido sin siquiera hacer una encuesta a los estudiantes de las facultades de comunicación. Y eso es lo que, simplemente, buscan de esta profesión.
¿Quién no tiene sueños? Por supuesto que un periodista también los tiene. El primero, cuando se es estudiantes, es llegar a trabajar en un medio, sea impreso, radial o mejor aún televisivo. Luego vienen los antes descritos. Y qué bueno si los cumplen, ¡de verdad! Lo malo es realizarlos cuando se atenta la ética periodística.
En estos días se ha visto, apreciado, apoyado y, peor todavía, aplaudido a una colega de espectáculos de un canal ecuatoriano, que llegó a cumplir sus sueños de tener frente a frente a uno de sus ídolos de la música, a Luis Miguel. Sin tapujos algunos, es la señorita Doménica Mena.
Qué bien que haya cumplido sus sueños, que le haya dado unos besitos al Sol de México, entregado un par de recuerdos de Ecuador... ¡Qué bien! ¿Pero el medio para llegar a él fue el adecuado? No.
Semanas antes de este aplaudidísimo evento, la colega hizo un uso inadecuado de su quehacer periodístico, dejando en evidencia la precaria calidad de la prensa rosa ecuatoriana. Claro, nunca ha tenido nada positivo este tipo de prensa, que para lo único que sirve es para hacer escándalos de la vida privada de gente de pantalla, del deporte e incluso de la política. Pero esto fue sencillamente el COLMO de la SINVERGÜENCERÍA.
El programa en el que trabaja Mena hizo un constante seguimiento para conseguir el presupuesto y poder viajar a EE.UU., donde el cantante mexicano ofreció una rueda de prensa. La periodista de espectáculos vendió porciones de torta en la Plaza de Artes y Oficios, recogió plata descaradamente, como si fuera una mendiga, a gente que hacía filas para entrar a las grabaciones en ese canal, con la excusa de que la apoyen para el viaje y hacer su sueño realidad.
Esto deja una mala imagen del canal. ¿Será que a la periodista no le pagan por lo menos lo suficiente para viajar y hacer su sueño realidad? O si es que va a hacer una cobertura para bien del canal, ¿éste está en una buena crisis para no poder pagarle el viaje y realice profesionalmente su trabajo periodístico?
Esa es la pregunta que ha rodeado a algunas personas al ver esta lamentable y avergonzada situación.
Este blog está conciente de que la prensa rosa hace cualquier cosa para llamar la atención y que esto daba rating al programa, como le daría cualquier otro. Pero, estudiantes de comunicación, no se dejen envolver en este tipo de acciones que lo único que deja en evidencia para las personas razonables es el poco profesionalismo y la falta de ética periodística.
Un periodista de a de veras no necesita hacer escándalo para quedar bien con un artista y volverse famoso. El verdadero periodista indaga, descubre e informa a la sociedad. El periodismo es una profesión que denuncia irregularidades, y más aún cuando éstas perjudican a los ciudadanos.
El verdadero periodista no compra ni se vende, simplemente defiende el bienestar social, que -a fin de cuentas- es su propio bienestar por ser parte de esa sociedad, así como Mena le dijo a Luis Miguel: "Además de hablarte la periodista profesional, te saluda la fanática tuya".
Más que un periodista, el comunicador es un ciudadano, quiera o no. Por eso, lo que denuncia en favor de la sociedad es un bien para él mismo.
Señores, a meditar en los actos que cometemos y cometen otros y no aplaudirlos porque parezca bonito, sino reflexionar en si las acciones están bien o no.



Por una
NUEVA FACSO POSITIVA.